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jueves, 11 de junio de 2015

EL CHURRERO DE LERIN 3 GENERACIONES

Haya por 1939, a principios de la segunda guerra mundial a Paulino Bueno (padre de Alfonso Bueno) le propusieron la idea de hacer churros ya que a los batallones de soldados que se iban hacercar por estos lares comían muchos churros. Tanto fue el éxito de aquellos churros de Paulino, tal fue así que acabada la segunda guerra mundial Paulino ya casado con María González continuo haciendo churros ya que esa época el trabajo escaseaba y el campo daba lo justo para comer. Años después aquel chico joven, Alfónso Bueno quiso seguir los pasos de su padre que como podéis ver en las fotografías de abajo a Paulino (izq). y Alfónso (dcha), con un bidón de metal, cuatro tablas en su interior para hacer fuego y un recipiente lleno de aceite con la clásica maquina de churros comenzaban la faena




Con el paso de los años y Alfónso ya casado con Pépi Pellejeros con aquella caseta verde que aún tengo en mi memoria continuaban con el negocio de los churros y ya no solo vendían churros en Lerín sino que se trasladaban a los pueblos de alrededor como Fálces, Cárcar, Sartaguda, Dicastíllo, Larraga y Arróniz.



En esta fotografía podemos observar a Pepi con su hija Mari Cruz de la mano en el sitio de costumbre que a día de hoy todavía es el sítio del churrero (Roberto).










                                                    Y que pintan tienen estos churros


                                 Tanto en la fotografía de arriba como en la de abajo Mari Cruz ayudando a                                             Roberto en las fiestas de Lerín



Continuando con la tercera generación de churreros, Roberto que ya empezaba hacer churros acompañando a sus padres por todas las ferias, cambió la caseta verde por la caravana que hoy continua. Poco a poco fue dejando ferias quedándose fijas Lerín y Larraga.
En 1994, allí en la calle mas famosa de los sanfermínes por sus encierros en la Estafeta N*5, abre "El churrero de Lerín" con la que hoy es su socia Gemma. A día de hoy y con mas de veinte años a su espaldas, visita obligada en los sanfermines después del encierro y durante todo el año. Desde hace unos tres años Roberto ofrece a Pamploneses y visitantes balcones para disfrutar del encierro en la esquina de la estafeta y un buen desayuno con churros con chocolate.
















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